Más no te puedo pedir año 2008,
El tiempo corría trescientos sesenta y seis días
Falta poco para la despedida,
El 31 cuando el reloj de la abuela
Cercana a la iglesia central,
Una casa muy singular,
Que alguna vez fue un hogar,
Hoy Biblioteca Municipal,
Me contó una señora muy refinada,
Que algunos dicen fue abogada,
Vivió ahí un pianista y madre modista.
Todas las noches escuche decir,
Se oye el tono de un piano,
Una silla de rueda
Y pasos en la escalera.
Murmuran por las calles,
Que una vez cerrado queda desabitado
Cando sus encargados apaga las luces para regresar a su hogar,
Pero nadie puede explicar los sucesos extraños que se dan lugar.
Atraída por mi curiosidad, niña investigadora,
Sin creer en lo que dicen los demás,
Decidí indagar y a esa casa fui a parar,
Templo donde personas de toda clase y nivel social,
Van a estudiar o de la lectura disfrutar.
Todo el recinto recorrí,
Para mi sorpresa no encontré ningún piano,
Ni una silla de ruedas, pero si la escalera,
Cubierta de polvo y a su final un espejo
Desgastado y vació que a otra época habrá pertenecido.
Llego la hora de cerrar todas las personas,
Regresaban a las calles y yo,
Detective audaz decidí quedarme afuera,
Esperando que la noche cayera.
Sentada en una banca de la plaza,
Enfrente de la bendita casa,
Mientras una pequeña ráfaga de agua caía cruce,
Una melodía se oía, alguien caminaba y otros ruidos
Arribaban y me hacían temblar,
Levante la mirada y parado en medio del umbral
Un hombre sin rostro y translucido me salio a saludar.
Una ruta, un camino,
Una meta llegar hasta ti amor mió,
Una ilusión poder estar solos tú y yo.
Llena de sueños y ansiedad
Conduzco por la vía
Que me llevará a donde estás.
Pero la noche cae
Fríos recuerdos y el sabor del dolor
Cubren mi corazón.
No se porque pero el auto se paró
Un lugar oscuro
En el que nada se podía ver.
Mi alma grita su sentir
Fue ahí donde me toco perderte
De una manera tan cruel.
No sabes como deseo
Volverte a ver
Sentir tus labios y un “te amo”
Canción del alma
Sentimiento que te llena de ganas
Primero se pinta de rosa
Luego rojo pasión
Y se torna de gris por el dolor.
Mariposas en el estomago,
Ansiedad,
No se sabe si es verdad o realidad,
Te llena de felicidad.
Es puro y noble,
No conoce el interés,
Se conduce por la insensatez
Se entrega sin saber ¿Por qué?
Se lo aprecia solo
Al sentirlo perdido
O cuando renace del olvido.
Al que todo poeta suele
Unos versos dedicar
Cuando se cree pleno
O cuando no tolera
El espacio que este dejó…
Eran tiempos infectados
de soledad,
Donde la inexistencia
de luz entumecía,
Unos días de
interpuesta fragancia,
A mi instancia desespero
en oscuridad.
Ráfagas de sueños
hacían tormentas,
Durante el vaivén
en cuadros de mi vida
Acciones que me
traían perdida.
Grabando en mi
bosque encantado,
Ríos lagrimas marchitas,
pero apareciste;
Ingresando a mi
cielo tono azul celeste.
Salio el sol ahuyentado
los tristes desvaríos,
Entonces del desierto
nació una flor
La amistad dio a mi vida
un nuevo color.
Siempre junto a ti
Balanceándose en un viejo cedro,
Una bella damita llora los olvidos,
En mente el pasaje de un cuadro
Con vacíos suspiros de recuerdos.
Impetuosa intenta llegar al cielo
Para disipar del amor la fragancia,
Pretendiendo acariciar el consuelo,
Aspira de las nubes nueva esencia.
Lucha, lucha siempre dulce damita,
No temas y sueña estaré contigo
Contarás con esta loca duendecita,
Para tejer con la amistad un abrigo.
A mi pescador
Aguas rosadas por la primera
luz del alba,
Un canto de brisa muy peculiar,
Se escucha a papá levantándose,
Para salir a pescar.
Soñador empedernido,
Amante de la naturaleza
Y cómplice de los secretos
Que esta encierra
Guarda miles de historias
Que él mismos ha presenciado,
O sus amigos los peces
le han contado.
Maestro por experiencia del oficio
Que es la pesca,
Conoce cada cruce y laguna...
De los Ríos Paraná y Corriente
Que resguardan a mi ciudad
Como una cuna.
Amigo por demás,
Apreciador de lo bueno,
¡Ese es mi papá!
El Pescador de Nuestro Pueblo.
Esperandote
Cantan los ríos mis locuras
Y también mis amarguras,
Susurrando mis secretos.
Llegan las golondrinas
Al escuchar las voces
Que lleva el viento,
Ellas roban mi sentir
Para irse lejos de aquí.
Solo espero que no lleguen
A donde estás,
Pues no quiero que te enteres
Que tu ausencia me hace mal.
A sombras de un árbol viejo
Que tiene gravado en su centro
Una promesa
De un amor solo nuestro,
Espero tu regreso.
Solo para ti
Con una sola palabra
Me haz mostrado tu alma
Y pude bucear en tu calma,
Sin necesidad de nada,
Más que una mirada.
Desde tus ojos puedo
Vivir sin preocupación
Debido a que no me hace falta,
Nada más que tu amor.
No necesito nada,
Solo tu alma esclava
Siempre para mí
Al igual que tendrás
La mía…
Cuando quieras para ti.
Presente
Cuando te marchaste,
No pensaste en mí
Simplemente volaste
Dejándome sola aquí.
Ni una lágrima me queda
Ni una palabra de amor
Solo un puñado de recuerdos
Y una triste canción de amor.
Hoy tengo grabado aquí en mi corazón
Un par de huellas con tu nombre
Y momentos felices
Que vivimos tu y yo
Con tu partida mi corazón
Se dividió en dos.
Hoy me acompaña el dolor
Y la sombra de lo que pasó
Porque tu ya no estas aquí
Volaste y espero que seas feliz
Yo siempre te recordaré
Primer amor
Te gravaste en mi corazón...
Palabras... solo eso...
Sola…
Pensando
Bajo esta luna llena
Respiro tristeza,
Recuerdos
Y la melancolía me atrapa.
Ilumina mi alma
Un manto de estrellas
Que al contemplarlas
Me traen cientos
De promesas eternas
Que ninguna de ellas
Fue capas de llegar al final.
Simplemente fueron algunas
Palabras más
Palabras de amor,
Que luego fueron dolor
Por dejar de expresar
Los sentimientos
Que solían entrañar.
Palabras, tan solo eso
Son ahora para mí
Las promesas que solía
Oírte decir.
Un adíos
Tibio umbral
Que mis pesares guarda,
Esperaba mi llegada
Para empapar mi alma.
No solo de recuerdos
De mis amores
Sino de los perfumes
De mi niñez.
Mi hogar no entiende,
Que ya no regresaré,
Pues ya no tengo quien
Me espere, ni motivo
Para volver.