Con el primer rayo iluminador, Se levanta un gauchito apresurado
Agua caliente y su mate
Sin olvidar a su fiel compañero
Ese canino que junto a él ha crecido.
El día apenas se asoma,
Boina y poncho colorado,
Camisa, pañuelo, bombacha y alpargatas
Un facón en su costado.
Sale cabalgando al compás de su silbido
Con su maravilloso corcel color miel,
La naturaleza a su paso se va domando
Dejando camino al ganado.
Las horas corren, para él no existe reloj,
Su trabajo termina con la muerte del sol,
Solo canta entregando con el alma melodías
A nuestro Señor quien siempre lo cuida.
Los pájaros le anuncian que la noche va llegando,
Rumbo a su rancho una flor toma con amor,
Al llegar su mujercita con reproches,
El silencio los toma al entregarle la rosa.
En la mesa servida una buena comida,
Acordeón esperándolo…
Un niño que corre a recibirlo
“papá, papá mi primer caballo he montado”
Explota la emoción
Del gauchito cantor con su sapucay,
En agradecimiento por todo
Lo que Dios con tanto cariño le dio.
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