llegaba la tarde estando ella allí sentada
sol y nubes envolviéndola con primavera,
goteaban quimeras al final de la escalera.
Sus ojos quebrajándose en frías lágrimas,
eran la tinta de versos en busca de rimas,
el papel…su mundo…su todo… sus alas,
un lugar propio donde no llegaban balas
Las palabras la protegían cual laberinto,
esperando hallar aquel mañana distinto,
así se alejaba de la realidad, de su dolor,
fabricando para si un jardín multicolor...
Se quiebra el cuadro… al darme cuenta,
fue el pasado, cobrando de nuevo renta,
la niña…era yo…yo quien lloraba lejos,
yo, rodeada de aquellos recuerdos viejos.
1 comentario:
Hermosa tu obra...me ha encantado descubrirte y te invito a que hagas lo mismo conmigo, un abrazo.
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